miércoles, 4 de noviembre de 2009

Jaime el travieso


Hace mucho tiempo, en Badajoz,había un niño muy travieso llamado Jaime. Jaime hacía muchas travesuras. Por ejemplo: poner una chincheta en la silla del profesor o meter un sapo en la bañera del vecino. Lo único que hacía Jaime eran travesuras, pero un día se cansó de las mismas bromas de siempre y planeó una nueva broma maestra. "Va a ser genial" pensaba Jaime. Al día siguiente Jaime colocó una cáscara de plátano en la puerta de su vecino y ¡¡¡PAF!!! en cuanto el vecino se resbaló con la cáscara de plátano se cayó al suelo. Jaime se rió mucho pero los vecinos ya estaban cansados de sus bromas y decidieron atacarle con su propia medicina. En cuanto Jaime resbaló con una cáscara de plátano se sintió muy mal y decidió no gastar más bromas nunca más, y es que a veces no sabremos lo mal que sienta algo hasta que nos lo hagan a nosotros mismos.


FIN

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