jueves, 22 de octubre de 2009

La caja misteriosa.


Había una vez un niño llamado Jaime. Jaime era un chico raro, se pasaba todo el día con una caja misteriosa en las manos. Yo soy nuevo en el barrio y ya no puedo aguantar más el misterio, averiguaré que hay en la caja, lo averiguaré, sea como sea. Por cierto se me olvidó deciros mi nombre, yo soy Fran el que descubrirá lo que hay en esta misteriosa caja. Hoy jugando en la calle me encontré con un chico llamado Juan. Juan era un chico divertido y en cuanto le conté que quería descubrir el misterio de la caja no dudó en ofrecerse a ayudar. Íbamos a actuar esta tarde. Mientras Juan distraía a Jaime yo cogería la caja. Todo salío bien y en cuanto abrí la caja descubrí que Jaime no era tan raro como creía. En la caja había un diario, un lápiz, una goma de borrar y un saca puntas. Intentar descubrir el secreto de Jaime no sirvió para nada porque al día siguiente decidío enseñarnos que había en la caja. Aquí termina esta historia en la que hemos descubierto que intentar averiguar los secretos de los demás no era es bueno porque a lo mejor algún día decidan enseñarnos esos secretos.


FIN

4 comentarios:

  1. Qué historia más chula, con moraleja y todo.

    Besos

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  2. Y la ilustración es estupenda, ¿la buscaste después de hacer la historia?

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  3. Si, la busqué cuando terminé la historia.

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  4. Fran, que bonita historia, y la ilustración es muy buena, opino como Feli.También me gusta el muñeco que has puesto en tu blog escribiendo, es muy gracioso, ja ja ja. Chao.

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